Nunca pensé que la fecha del dos de abril del 2012 sería un día importante, hasta que recibí una llamada de mi hermana a las 11:15 pm diciendo “mi papá ya está descansando” ….
Tres días después y un trayecto de vuelta a casa me hizo pensar en que pasará ahora, todos su hijos somos mayores y de ahora en adelante cada quien se irá por su lado; aunque siempre hemos estado lejos…
El trayecto de un poco mas de dos días hacía aquel hogar me hizo pensar muchas cosas, cómo, porqué, si bien ya estaba un poco enfermo siempre pensé que se repondría y saldría adelante, más tarde cuenta me di que la soledad era la que lo mataba; siete años llevaba cargando el luto de una de las mujeres que más amo en esta vida, y sus pequeñas hijas iban creciendo e independizándose mas lejos de los brazos de su padre. Sus hijos mayores, mis hermanos, ya habían formado vidas muy independientes; y todos cargábamos nuestras propias penas.
Recuerdo un correo que me escribió, donde tal vez si le hubiera puesto mas atención lo hubiera podido salvar antes de llegar esa maldita tos.“…me siento solo y mi nuevo amor ya no me escribe, en casa hay mucho ruido pero también hay silencio….” Lamentablemente nunca leí directamente esas líneas y solo le respondí que se venga a casa conmigo, que aquí juntos haríamos sus libros algo físico para los lectores.
Después simplemente deje de escribirle, porque según yo estaba muy ocupada en la escuela.
Intentaba hablarle todos los días pero a falta de hablar con el corazón terminábamos hablando del clima y sus viajes, aunque a veces me repetía algunos cuentos me encantaba escucharle. Un día me dijo que ya no estaba a gusto y presentía que este sería su último año, más que por ocupación fue por no perdonarle el que mis llamadas disminuyeron.
Para mí solo fue una maldita tos, y un poco de atención que requería, pero en mi estúpida elocuencia pensé que al hablar sobre ese asunto lo agravaría mas. Dos meses después el internarlo en el hospital llamo por completo mi atención, “lo lograste papá, pero aun no te me rindas” y en vez de buscar estar cerca de él, decidí estar cerca de grosos libros dónde algunos presagiaban lo que al final lo mataría, y otros dando lecciones de cuidados intensivos. Pero la respuesta llegó al mismo tiempo que el examen clínico. Tratamientos paliativos y operaciones riesgosas era todo lo que quedaba, y el solo pronunciarlas aterraba.
Solo quería que culpar a esa mala búsqueda en la radiografía el que no lo hubieran notado antes, solo quiero culparme a mí por no haberle escuchado realmente que me pedía, solo quiero estar acostado con él en la misma cama escuchando esos conciertos de Elïna Garança…Pero ahora estoy aquí frente a una urna que elegantemente carga su foto, y que finalmente se encuentra junto a la urna de mi madre.